"Entiendo el arte como fundamentalmente una herramienta para el buen vivir, para un vivir colectivo y amable con los ecosistemas, y con los mundos no-humanos. Es decir que el arte también es parte fundamental de mi modo de estar en el mundo", dice Lourdes Silva, artista y docente de diferentes asignaturas de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología.
Por otro lado, Fernando Foglino, también artista y docente de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología, y que se introdujo en el arte a partir de su pasión por la literatura y el manejo y conocimiento de la espacialidad que le dio la carrera de Arquitectura, considera el arte como el camino para encontrarse y estar continuamente construyéndose a sí mismo, y para cuestionar la realidad. "El arte es, para mí, una herramienta de expresión que me permite exteriorizar ideas, y también de diversión y entretenimiento. Me permite estar continuamente motivado por las cosas que desencadena pensar en el arte", afirma.
El arte, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), "nutre la creatividad, la innovación y la diversidad cultural de todos los pueblos del mundo, y desempeña un rol importante en el intercambio de conocimientos y en el fomento del interés y el diálogo", y ORT se suma a esta celebración mediante dos representantes de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología: una carrera universitaria pionera, innovadora y que este año tiene a su primera generación de graduados.
¿Qué significa el arte en tu vida?
Lourdes Silva (L.S.): El arte en mi vida no supone una cualidad exógena, sino que es parte de mi cotidianidad. Es parte de mi relación y comunicación con el medio, porque parto de la premisa de tener una relación creativa con el mundo al construir cosas nuevas y darle la posibilidad a la crisis como un lugar de apertura, porque la creación también supone cierta crisis. Por otra parte, el arte como parte de mi existencia porque aporta en aspectos que tienen que ver con el relacionamiento, con la construcción de comunidad y, muy especialmente, con la construcción y la producción de narrativas críticas que interpelan y que producen nuevas agendas. Es por todo eso que, además de como gran mediador de procesos individuales, también entiendo el arte como un gran mediador de procesos colectivos complejos.
Fernando Foglino (F.F.): Desde hace muchos años a esta parte, una de las cosas más valoro del arte es encontrarme a mí mismo. Construirme y cuestionar la realidad todo el tiempo a partir de las preguntas que surgen cuando me enfrento a las obras.
¿Qué relevancia tiene el arte en la sociedad y en la educación?
L.S.: Creo que tiene un rol fundamental que tiene que ver con ser un mediador, un territorio de problematización y un espacio a partir del cual se puedan producir contenidos que, enmarcados en cierto lenguaje poético, no olviden la condición política de la práctica artística. En el contexto de la educación, entiendo que es un estimulante, es otra tecnología posible de ser aplicada para el desarrollo de pensamiento complejo, mediante el que se pueden introducir variables para cierto cambio social. Particularmente me interesa muchísimo el arte comunitario y cómo puede contribuir a la producción de ciudadanía y la producción de éticas del trabajo y del relacionamiento.
F.F.: La relevancia es la de estar continuamente cuestionando la realidad. En la formación de las personas, el arte tiene una enorme importancia en lo que refiere a abrir la cabeza y permitir imaginarse que hay otras realidades y cuestiones, más allá de lo que habitualmente se dicta. Generalmente, el arte en la formación provoca hacer planteos personales que sacan a uno de su zona de confort. Creo que hay pocas cosas que permiten a las personas expresarse libremente, y siempre tienen algún vínculo con lo artístico. Desde la música, la literatura, y hasta el cine. Creo que es fundamental para el desarrollo de los pensamientos de los individuos.
¿El arte colabora a desarrollar la innovación y la diversidad de culturas y pensamientos?
L.S.: Completamente de acuerdo, y creo que eso también está estructurado en una ética del reconocimiento, sustentada en una otredad y en un respeto hacia los otros, las otras y también hacia las otras especies. Yo hace un tiempo que vengo trabajando muchísimo en la relación entre arte y ecología, y especialmente en cómo las prácticas artísticas pueden ser prácticas sustentables. En ese sentido, creo que el arte puede ser una buena puerta para habilitar la diversidad.
¿Qué importancia tiene fomentar (o educar en términos de) el arte desde la educación universitaria?
F.F.: Creo que a nivel universitario ya no es una cuestión de fomentar, sino de acompañar a los que ya eligieron este camino. El desafío docente está en mantenerse actualizado y atento a la evolución de cada persona dentro del camino del arte, porque no hay una manera única de guiar a alguien en este ámbito tan dinámico.
Este año es el de la graduación de la primera generación de estudiantes de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología. Como docentes, ¿cómo han visto la evolución de la carrera durante estos primeros cuatro años?
L.S.: Bueno, particularmente, el desarrollo de la licenciatura me ha parecido excepcional. Yo trabajo en ella desde sus inicios y con la generación que egresa. Creo que ha habido una evolución muy interesante a nivel de programas, de cómo articular la dimensión proyectual con el desarrollo conceptual meticuloso y riguroso. Creo que hemos podido articular estas dos áreas y que los estudiantes han construido herramientas de tipo técnico, reflexivo y crítico.
F.F.: La evolución ha sido muchísima y, debido a esta generación pionera, la carrera debió ser muy elástica y continuamente estar acompañando, adaptando, mejorando y corrigiendo. Considero que después de esta generación que egresa ya hay bastantes más certezas que en un comienzo y la carrera está mucho más consolidada. Se nota en el conocimiento de las generaciones siguientes. En lo que respecta a la maduración de los estudiantes, también se nota una evolución espectacular entre lo que eran cuando recién empezaron y lo que hicieron en la última presentación Cuando el corazón late como un martillo, en la que cada uno presentó su proyecto. Fue una gran satisfacción ver que son personas que creen en lo que hacen y tienen las suficientes herramientas para poder transmitirlo.
¿Cómo creés que seguirá mutando?
L.S.: Creo que seguirá mutando y seguirá ampliándose. Creo que las actividades con la comunidad y con los entornos suelen ser muy bien recibidas y muy bien cristalizadas, en los distintos proyectos de investigación y realización de los estudiantes. Y, también, porque los perfiles de los estudiantes van cambiando, desde grupos más vinculados a lo electrónico, grupos más vinculados al video, grupos más vinculados al arte digital y a la red, y es interesante diseñar también los cursos y la dimensión docente considerando esos perfiles grupales.
¿Qué salida laboral tiene esta carrera?
F.F.: La totalidad de los estudiantes de este último curso trabajan de lo que estudian. Algunos como creativos en alguna agencia, otros dedicados a cuestiones relacionadas con algo técnico que les haya motivado (como la animación digital o la edición en video), y algún porcentaje menor también se dedica a la tarea de ser artista. Creo que eso pasa a todos los niveles, en todos los rubros. Pero creo que lo que tiene que ver con las capacidades y en cómo piensa alguien que se ha formado en arte es algo muy requerido en muchas áreas.
Yo, por ejemplo, me formé en Arquitectura. Es más raro que alguien pregunte la salida laboral en Arquitectura porque todo el mundo piensa que voy a hacer casas, pero es un porcentaje muy menor el que se dedica específicamente a hacer casas. Sin embargo, es muy grande el porcentaje que trabaja con todo lo que le ha dado la formación universitaria en cuanto a la manera de pensar.