Este proyecto fue desarrollado por Maximilian Eifel, estudiante de la Licenciatura en Diseño Gráfico, para la Bodega Bernhard Eifel, en el marco de Proyecto Integrador | Recreación19.
En la búsqueda de una marca con la que trabajar en Recreación19, Maximilian Eifel tomó el consejo de sus compañeros y se acercó a la empresa familiar. “Mis padres tienen una bodega de vinos en Alemania; yo vivo desde hace cinco años en Uruguay. El amor me trajo a estas tierras”, contó.
Luego de una videollamada con sus padres, y de muchas idas y vueltas, según dijo, decidió trabajar con la bodega familiar, “en la lejana Alemania”.
Desde 1976, mis padres se dedican a la elaboración de vinos en la zona del Mosel en Trittenheim, un pequeño pueblo alemán al lado del río. Con este proyecto me gustaría agradecerles todo lo que han hecho y siguen haciendo por mí.
Durante el relevamiento de datos e información, se entendió cuán importante es transmitir y conservar ciertos valores que van más allá del vino. “El vino es el resultado que relata sus orígenes, es la tradición que se sigue desde varias generaciones; la familia y la pasión al vino lo hacen especial”, comentó.
La Bodega tiene como misión crear vinos grandiosos y compartir la historia a través de ellos. Es muy importante poder transmitir estos valores y estos conceptos en las comunicaciones de la empresa, para poder también destacarse entre la gran cantidad de competidores directos en la zona.
Al tratarse de una empresa familiar que siempre fue administrada por sus propios integrantes, se omitieron algunos aspectos del marketing y comunicación, explicó Eifel. De hecho, hoy esto constituye uno de los principales desafíos de la bodega. El otro desafío es el público. “Por un lado, hay que enfrentarse a un público relativamente variado, que va desde los turistas, que son los consumidores de vino más tradicionales, hasta los entusiastas de vino que cada vez son más exigentes en búsqueda de lo original y auténtico. Por otro lado, hay que provocar un cambio de público con respeto a su edad —hay un importante número de clientes habituales que llegan a la tercera edad y ellos no consumen tanto como la gente joven—”, detalló. “La comunicación necesita generar un vínculo con los clientes actuales con la meta de fidelizar y, además, atraer nuevos clientes con poder de compra”.
Con estos objetivos claros, el estudiante de Diseño Gráfico realizó una propuesta donde primó “la generación de una identidad de marca de valor”, auténtica y original, que tome las estrategias de branding de marca y de comunicación visual para traducirlos a contenidos visuales que reflejan “la personalidad única de la bodega”.
Se planteó un rediseño de marca completo, que aborda las diferentes áreas del diseño gráfico como la identidad corporativa, el diseño editorial, el diseño de empaque y el diseño web, con el objetivo de generar un proyecto integral.
Sobre el trabajo con la bodega, el estudiante comentó que fue “muy bueno y motivador”.
Lo más motivador fueron las expresiones de felicidad y orgullo al presentar los avances. Me indicaron que estaba en el camino correcto, ya que costó encontrar un nuevo camino gráfico que cuente con la capacidad de relatar auténticamente los orígenes y valores, sin caer en lo tradicional.
