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“La IA potencia y complementa nuestra capacidad creativa e innovadora”

10/11/2023
Palabras del decano de la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT Uruguay, Ing. Eduardo Hipogrosso, en ocasión de la quinta edición de los Reconocimientos a la Creatividad y la Innovación.

La Inteligencia Artificial (IA) ha emergido en los últimos años como una fuerza transformadora y revolucionaria, inundando diversas esferas de nuestra vida, desde el ámbito laboral hasta el académico. Este fenómeno ha planteado una serie de cuestionamientos y desafíos, dejando a su paso una inmensidad de incógnitas que me provocan en este acto reflexionar sobre el verdadero impacto de esta tecnología en nuestra existencia.

El año 2023 presenció un debate académico considerable en torno a la inteligencia artificial generativa, marcando una explosión de ideas disruptivas y cambios a varios niveles. Sin embargo, la semilla de la IA no es nueva; las raíces de la idea se pueden encontrar en la ciencia ficción, presentes en películas como Metrópolis, de 1927, considerada una de las primeras películas en explorar la noción de seres artificiales. Y también en producciones como 2001: Una odisea del espacio, donde se visualiza una relación compleja y a veces inquietante entre la IA y los humanos, generando preguntas sobre el futuro y la convivencia de ambas entidades, pero también dando muestras de una posible resistencia de la IA a recibir órdenes de los humanos y tener deseos de seguir sus propias ideas.

La IA, entendida como un fenómeno similar a la Revolución Industrial, podría provocar transformaciones significativas en la mayoría de las profesiones, si no en todas. Su adopción ha demostrado ser capaz de eliminar empleos, pero simultáneamente genera nuevas oportunidades laborales, demandando una indispensable adaptación y evolución en la fuerza laboral para sacar ventaja de los avances tecnológicos.

Esta nueva ola tecnológica trae una serie de desafíos, que requieren de una estrategia integral que abarque tanto aspectos éticos como técnicos.

La planificación, la inversión adecuada en recursos y la capacitación del personal son pilares esenciales para abordar los retos de la IA.

Sin embargo, vista la demorada atención que a nivel general se le presta a la IA, surge una interrogante crucial: ¿qué obstaculiza la adopción de una innovación tecnológica tan revolucionaria?

A pesar de las evidentes ventajas que la IA ofrece en términos de eficiencia y capacidad de transformaciones positivas, su incorporación en las organizaciones encuentra una resistencia arraigada en la naturaleza humana: la resistencia al cambio. Este fenómeno es paradójico si consideramos que vivimos en un mundo en constante evolución, donde la transformación digital y tecnológica es una constante.

La educación juega un papel fundamental en esta transición hacia un futuro donde la IA se encuentra intrínsecamente integrada. Los centros de enseñanza deben adoptar programas que integren la IA en su estructura, involucrando tanto a estudiantes como a profesores. Esta transición hacia una mayor alfabetización digital y el dominio de la IA en el ámbito educativo y laboral resulta fundamental para preparar a las futuras generaciones para un mundo donde la tecnología es una parte integral de la vida diaria.

Entonces, ¿cabe cuestionar el uso de la inteligencia artificial en medio de todos estos avances? La discusión se vuelve pertinente al observar cómo este cambio podría alterar dinámicas sociales y laborales, generando dudas sobre la evolución de las relaciones humanas y la propia identidad en un mundo cada vez más tecnológico.

La humanidad está en un cruce de caminos donde la IA ya no es solo una promesa de futuro, sino una realidad que plantea desafíos éticos, sociales y laborales. La intersección entre la creatividad, la innovación y la IA marca el camino hacia un futuro repleto de posibilidades, siempre y cuando la humanidad encuentre el equilibrio adecuado entre la tecnología y los valores fundamentales que nos definen como seres humanos.

Lo que se aprende en la universidad cada vez tiene una fecha de expiración más cercana. Las carreras son un trampolín para el ingreso al mundo laboral y representan una excelente base para dar lugar a las especializaciones, que usualmente se encuentran en los postgrados. Y estos han pasado a ser el factor de diferenciación que los profesionales encuentran, buscando un perfil singular que los destaque para acceder a las mejores posiciones laborales.

Más allá de eso, la vida sigue y, en paralelo, la formación continua nos debe acompañar para estar preparados para los futuros cambios que cada vez serán más frecuentes.

Los índices de empleo no van a disminuir; inclusive van a aumentar la cantidad de puestos laborales, pero para los que la mayoría de las personas no están capacitadas.

El deber de los centros de enseñanza es incorporar la inteligencia artificial en los programas y en la vida misma de los estudiantes, pero mucho antes en la de los profesores. Y lo venimos haciendo en nuestro caso.

Desde nuestra universidad, abrazamos desde el primer día la llegada de la inteligencia artificial y, más allá de haber lanzado especializaciones formativas en la disciplina, empezamos a incorporarla a nivel metodológico en los cursos. La inteligencia artificial, en combinación con las plataformas virtuales disponibles para la enseñanza, nos permiten adecuar los contenidos y los conocimientos para distintos públicos.

En este viaje hacia el progreso, la inteligencia artificial emerge como un aliado potente y revolucionario. No vemos la inteligencia artificial como un reemplazo a la creatividad humana, sino una herramienta que potencia y complementa nuestra capacidad creativa e innovadora. Es un reflejo de la sabiduría colectiva, una manifestación de nuestra creatividad canalizada a través de la lógica y el procesamiento de datos a una escala antes inimaginable.

No debemos olvidar que la verdadera esencia de la creatividad y la innovación radica en la singularidad humana: en nuestra capacidad de soñar, de cuestionar, de desafiar los límites y de encontrar soluciones desde perspectivas únicas y emocionales.

La historia nos ha dado muestras que aquellos que se suben a las olas tecnológicas, incorporando el saber tanto a título personal como en las organizaciones, han tomado importantes ventajas sobre los que no lo han hecho.

En última instancia, la sinfonía entre la creatividad, la innovación y la inteligencia artificial es una oportunidad dorada para construir un futuro más brillante. Debemos abrazar este desafío con sabiduría y determinación, reconociendo que nuestro potencial es ilimitado cuando unimos nuestras capacidades creativas con el apoyo de la tecnología.

En síntesis, estamos invitados a subir a una nueva Arca de Noé, o podemos optar por quedarnos en tierra pensando que el tsunami que se avecina no nos va a arrastrar. Desde la Universidad ORT Uruguay elegimos subirnos.

¡Muchas gracias!

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