Su convocatoria se realizó en el marco del concurso Impactá con tu Arte, en el que el centro comercial invitaba a artistas, muralistas y estudiantes vinculados al arte a postular una propuesta para realizar desarrollar intervenciones artísticas a pincel libre en el cartel.
La temática propuesta para la intervención de las letras fue la sostenibilidad y el medioambiente, lo que incluyó variados temas como la comunidad, la diversidad, la equidad social, la biodiversidad, la flora y fauna del país, la huella de carbono, la economía circular, entre otras.
El proceso creativo detrás de YoAmoUY
El diseño de Lucía Barcia se centró en la flora y fauna uruguaya, buscando transmitir un mensaje de cuidado y apreciación de la naturaleza.
Cada letra fue pensada como una pieza que dialogara con el campo y la ciudad. El corazón del landmark representó al mar, símbolo de la conexión de Uruguay con el agua.
“El objetivo era inspirar a otros a cuidar y valorar nuestro entorno”, explicó Lucía.
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Si bien asegura que no tiene un estilo definido, Lucía reconoce que lo suyo se inclina hacia lo infantil, lúdico y cercano al cartoon. Esa estética, colorida y alegre, fue la que eligió para el concurso, y posiblemente también la razón por la que fue seleccionada para pintar en agosto, mes en el que se celebra el Día del Niño.
Uno de los principales desafíos fue trasladar su propuesta del entorno digital a la pintura mural. Acostumbrada a trabajar con un alto nivel de detalle en sus ilustraciones, debió adaptar ese enfoque al pincel y al gran formato.
Además, debió planificar la obra considerando su ubicación en un punto de alto tránsito, visible tanto para peatones como para automóviles.
En todo el proceso de pintar el landmark, Lucía contó con la ayuda de su amiga e ilustradora Valentina Rosas, graduada de la Licenciatura en Diseño Gráfico.
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Licenciatura en Diseño Gráfico
De un mural a un landmark
Lucía ya había participado en el diseño de un mural en la Plaza Infantil Libertad y Pereira, junto a Karen Spalter, graduada de Diseño Multimedia y Diseño Gráfico, y a Florencia Guida, graduada de Diseño Gráfico.
Aunque para esa ocasión no fue la muralista, el proyecto le permitió comprender los desafíos de intervenir un espacio no convencional. Aquel mural, de forma irregular en “L” y rodeado de ventanas y plantas, la obligó a pensar en cómo la obra sería percibida desde distintos ángulos y distancias.
El mural de Pocitos me ayudó a entender que no se trataba de un lienzo plano, sino que debía pensarse en términos tridimensionales. Eso mismo lo apliqué en las letras, que eran aún más complejas por ser volúmenes 3D.
De esta forma, la artista llegó al concurso con una mirada más amplia sobre proporciones, visibilidad y adaptación al entorno urbano, aprendizajes que marcaron la diferencia en su propuesta.
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