Al postularse a Recreación – Proyecto Integrador, las empresas reciben una propuesta de diseño por parte de estudiantes de Gráfico, Industrial, Modas o Multimedia. Todas son viables de ser ejecutadas y su implementación fue explicada por los alumnos en las presentaciones públicas que se realizaron del 20 al 22 de febrero en la Escuela de Diseño; hasta el 9 de marzo se puede visitar la exposición.
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El sofá Monarca y el proceso artesanal
“Desde el inicio de Proyecto Integrador estaba convencida de querer trabajar en el área de mobiliario, entonces seleccioné muchas empresas del rubro y me puse en contacto con ellas”, contó Marcela Balladares, estudiante de la Licenciatura en Diseño Industrial. “NYR no solo fue la primera que me respondió, sino que se mostraron muy interesados en emprender el proyecto”.
NYR se dedica a la fabricación nacional e importación de mobiliario de asiento en variadas tipologías —sofás, butacas, poltronas, rinconeras—. Según explicó la alumna, “poseen una muy alta calidad en mano de obra, lo que les permite destacarse a nivel nacional y también facilitan la personalización de productos a gusto del consumidor, lo que amplía mucho su mercado”. Calificó el trabajo de la empresa como “artesanal” ya que no producen a gran escala ninguno de sus productos y “en cada uno pueden observarse las terminaciones manuales perfectamente ejecutadas”.
El primer contacto con la empresa fue a través del gerente de Marketing, Brian Jaffe, quien le comentó que hacía tiempo buscaban la oportunidad de trabajar con un diseñador. “Primero hablamos sobre qué era un diseñador industrial, cuál era la ventaja de trabajar con uno y qué tenía yo para ofrecerle a la empresa con esta experiencia. Así fue que concreté la primera de muchas reuniones donde siempre me recibieron con los brazos abiertos, disponiendo de tiempo para contestar todas mis preguntas, ayudándome con la investigación, mostrándome procedimientos aplicados en la fábrica y respondiendo ante cada interrogante que surgía en el camino. Nunca recibí un ‘no’ ante cualquiera de mis solicitudes”.
“Marcela vino con una idea formada de lo que quería hacer”, comentó Jaffe. “Le dijimos que tenía abiertas las puertas de la empresa los 365 días para que viniera y nosotros supiéramos en qué andaba el proyecto, pero también para que pudiera sacarse dudas con los técnicos que llevaban su idea a la práctica. Ella visitaba, miraba cómo venía, veía con el director algunas cuestiones más técnicas de los planos, los diseños”.
La diseñadora averiguó cuáles eran las necesidades a satisfacer mediante la incorporación de un nuevo diseño. “En NYR me dieron a conocer algunas vertientes que querían abordar a modo de sugerencia; por ejemplo, el diseño de sofás para espacios amplios como boliches o halls”. Y a partir de allí empezó el proceso de diseño.
La propuesta era clara: “generar un producto que acoplara el excelente nivel de calidad de NYR con una estética innovadora que modernizara la propuesta de la empresa”. De esa forma nació el sofá Monarca, “que indaga en una estética moderna/contemporánea, inspirada en las tendencias de mobiliario planteadas para este 2018”.
Asimismo, contempló cuál es el sistema de producción de la empresa: “el proceso artesanal del tapizado y los estándares de calidad en la materia prima que NYR maneja”.
“Fue una combinación exitosa ya que el producto resultó ser una experiencia enriquecedora para las dos partes, ambas aprendimos y nos adaptamos a una nueva propuesta que resultaba un desafío a nivel de diseño y de fabricación”, resumió Balladares. “Para que el éxito se concretara es importante aclarar que el proceso de diseño, desde el inicio, contó con mucha comunicación con la empresa, así como intercambio de opiniones y posturas de forma presencial. En mi opinión, esto fue clave para entendernos sin interferencias”.
Desde NYR, Jaffe comentó que “más que adaptar el diseño a lo que la empresa podía hacer”, intentaron lo contrario: “fue un lindo proceso de descubrimiento e investigación de muchos aspectos puntuales que no habíamos hecho nunca con nuestros productos”. Dijo que esto implicó un desafío a su propia fábrica: “ver hasta qué punto nosotros éramos capaces de desarrollar un producto sumamente nuevo”.
La valoración es “absolutamente positiva” por ambas partes. El resultado es el sofá Monarca en el catálogo de NYR.
“El trabajo me resultó mucho más enriquecedor de lo que me atrevía a pensar, porque tuve la oportunidad de entender aspectos del diseño que solo pueden apreciarse en la práctica laboral”, subrayó la estudiante. “Sobre todo, es una enorme satisfacción observar el fruto del labor de estos últimos seis meses plasmado en un producto que representa la esencia de NYR, su trabajo y sus estándares, combinados con la creatividad propuesta por mi trabajo como futura diseñadora industrial”, resumió. “Me complace decir que el sofá Monarca formará parte de los productos de NYR”.
“La empresa cuenta con diseños creados por nuestros desarrolladores y otros creados por gente con quien trabajamos en el exterior; siempre hablamos de líneas muy exclusivas”, agregó Jaffe. “Lo que le dijimos a Marcela fue que queremos incluir este diseño como uno más, porque nos resultó igual de exclusivo e igual de interesante”.
En el mismo sentido, remarcó: “en una de las conversaciones que tuvo el director de la empresa con Marcela, se manejó que ella pueda incorporarse al equipo de NYR y empezar a trabajar con nosotros”.
Un nuevo canal de comercio
Las Nazarenas es una talabartería fundada hace 40 años que “ofrece productos de gran calidad y cuentan con una tremenda experiencia en el rubro”, comentó Juan Andrés González, estudiante de la Licenciatura en Diseño Multimedia. “El problema es que la empresa, a nivel comercial y comunicacional, se quedó estancada en el tiempo”. Al momento de comenzar el proyecto, la talabartería tenía muy poca presencia en el mundo digital; solo contaba con una página de Facebook.
“La empresa estaba abierta a ideas y propuestas para solucionar lo anterior, por lo que surgió la idea de realizar un sitio web con e-commerce donde se muestren los productos y se dé la posibilidad de comprar, generar contenido audiovisual para redes sociales, crear banners publicitarios del nuevo sitio, entre otros; todo siguiendo una estética que represente a la empresa y su experiencia”, explicó el diseñador. “El trato con la talabartería fue excelente, tanto dueños como empleados se prestaron para la realización de los videos así como el registro fotográfico de los productos”, agregó. “Creo que el proyecto fue beneficioso tanto para la empresa como a nivel personal, ya que para ellos abre un nuevo canal de comercio y a mí me dio un montón de experiencia a nivel técnico y con el trato con empresas”.
“Más que un cambio de logo, un cambio de imagen”
Al ver que Pappolino se había anotado en Recreación, Cecilia Guggeri —estudiante de la Licenciatura en Diseño Gráfico— no dudó en reunirse con ellos. “Es una empresa con más de veinte años de trayectoria en el rubro de la moda infantil y me pareció una buena oportunidad para demostrar todo lo que aprendí durante la carrera”.
“Desde el primer momento, la empresa se mostró sumamente abierta, dispuesta a recibir propuestas y a facilitarme toda la información que necesité para realizar el proyecto”, comentó.
Al momento de empezar, Pappolino contaba con un logotipo que buscaban renovar. Cuando comenzaron a observar el resto de las piezas gráficas (packaging, etiquetas, etc.) notaron que no había unidad: “eran piezas por separado sin una estética que las unifique, en las cuales más que nada, se repetía el logotipo”.
“Mi propuesta fue una identidad de marca que la diferencie del resto en el mercado y refleje sus valores y su espíritu”, dijo Guggeri. “Para esto, realicé ilustraciones basadas en animales nativos del Uruguay que, junto con otros elementos gráficos, generaron una identidad divertida, funcional y fácil de identificar”.
Renata Cantú, del Departamento de Diseño y Producción de Pappolino, sostuvo que la empresa necesitaba “mucho más que un cambio de logo; era necesario un cambio de imagen”. Por eso se trabajó en diseños de estampas, etiquetas, hang tag, packaging y más.
“Cecilia fue muy atenta a nuestros comentarios y se mostró muy dedicada”, destacó. “Nos gustó mucho la experiencia de trabajar con estudiantes y recibir una postura fresca y externa a la marca”.
Calzado sustentable, moderno y no-gender
La marca de calzados Stadium conoció Recreación a raíz de que Ana Sofía Bustin, estudiante de la Licenciatura en Diseño de Modas, participara en el concurso ShoeTalent en el año 2016. La alumna resultó ganadora y recibió un monto de dinero para llevar adelante un emprendimiento. “La empresa me ofreció realizar el emprendimiento en conjunto y acepté con placer”.
“Stadium no planteó necesidades concretas. Es una empresa que tiene más virtudes que debilidades debido al cumplimiento de sus objetivos; ser líder del mercado uruguayo en el rubro de calzado, brindar un excelente servicio a sus clientes y ofrecer la mayor variedad de productos a un precio accesible”, resumió Bustin. “No obstante, luego de realizar un análisis de la empresa y un estudio del mercado, logré visualizar ciertos puntos débiles que podían ser posibles campos de acción a abordar”.
“La empresa busca expandir su público objetivo y dirigirse a un segmento de mercado más informado sobre las tendencias de moda contemporáneas. A diferencia de los clientes tradicionales de la empresa, este nicho de mercado busca en cierto punto la diferenciación”, explicó. “Sin embargo, la oferta de la marca es de carácter masivo y no se destaca por su buena calidad. En la búsqueda por dirigirse a un nuevo público, Stadium se esfuerza por actualizarse y modernizarse. A pesar de estar en un continuo proceso de mejora, la marca sigue sin ser valorada por todos del mismo modo y hay un segmento de la población que no la prefiere: existe una falla en el tipo de comunicación que se está manejando”, continuó. “Este segmento de mercado requiere otro tipo de publicidad y promoción, diferente al que se viene trabajando”.
Bustin puntualizó que, desde sus inicios, Stadium segmenta al público por género: en calzado para hombre y para dama. “Hoy en día esa separación puede llegar a ser rechazada por un segmento de mercado que apunta a borrar los límites entre géneros”.
Otra característica a trabajar es el uso de materia prima. Hoy día la empresa trabaja con materiales sintéticos ya que eso permite obtener el producto final a un costo bajo. “No se caracteriza por utilizar los recursos materiales de forma responsable y eso también causa cierto rechazo para un segmento de mercado. En un contexto en donde los consumidores valoran cada vez más la transparencia en los procesos productivos, Stadium elimina todo trazo del origen de sus productos”.
Por último, “se puede percibir una falla en la oferta propia de calzado deportivo”: hay una gran variedad de zapatos “de inspiración casual deportiva de marcas de terceros” pero “su oferta propia es bastante acotada y no logra competir con las marcas internacionales”.
Luego de este análisis, Bustin trabajó en su propuesta. “El objetivo principal era generar un cambio en la percepción de la imagen de la empresa y acercar la marca a un público que aun no la ha consumido. Lo que se planteó fue una pequeña colección cápsula de ocho modelos de zapatos urbanos casuales de inspiración atlética-deportiva. La idea no era producir zapatos para hacer deporte, sino un zapato para usar en diversas situaciones de la vida cotidiana. La principal característica de este calzado sería su comodidad y practicidad”.
El calzado diseñado por la estudiante buscó ser amigable con el medio ambiente. “Se propuso generar una comunicación en torno al concepto de sustentabilidad para que la empresa transmita una imagen más asociada al consumo ético y responsable”. Además, la propuesta es No-gender. “La idea era borrar la línea divisoria que venían generando hace décadas y ofrecer un producto que fuera más allá de lo femenino o lo masculino: que sea para todos. De esta forma, Stadium estaría ajustando su imagen y podría ser percibido como una marca más inclusiva y moderna”.