“Finalmente se estrena la maravillosa serie #Tucasaesmicasa y quiero creer, porque en estos tiempos extraños incluso los escépticos como yo necesitamos creer en algo, que este tan esperado estreno pueda ser un buen augurio, no sé… quisiera yo creer”. Así fue el anuncio en las redes de Carolina Curbelo, diseñadora gráfica, docente, productora de contenidos, diseñadora de proyectos culturales y, también, responsable en asesoramiento sobre trabajo freelance de estudiantes y graduados en la Universidad ORT Uruguay.
El rodaje de la serie fue prepandemia y el estreno fue el lunes 5 de abril. “Ahora que todos llevamos más de un año sin movernos mucho de casa, este programa nos invita a recorrer 12 ciudades de Latinoamérica, con un conductor con la empatía que genera Paulinho, está siendo súper bienvenido y estamos felices por eso”.
Hace tanta falta salir de nuestros micromundos e interesarnos un poco por lo que está haciendo el que tenemos al lado. Así podremos ver que, en definitiva, muchas veces nos desvelan las mismas preguntas, padecemos las mismas frustraciones, salimos adelante siguiendo los mismos impulsos, nos motivan las mismas emociones
Tu casa es mi casa nace del vínculo entre el realizador uruguayo Pablo Casacuberta y el músico brasileño Paulinho Moska, quienes han trabajado juntos durante varios años en proyectos que crean puentes culturales entre Brasil y Uruguay. Según cuenta Curbelo, los une una gran amistad y tienen en común ser “personas muy curiosas, que cuestionan todo el tiempo cómo y por qué funcionan las cosas”. Para este proyecto se suma el productor ejecutivo Marcelo Braga.
Cuando llegan proyectos así es un placer, porque el trabajo diario consiste en ir abriendo puertas y conociendo todo lo que se produce actualmente en la región, para luego compartirlo con el equipo de producción uruguayo-brasileño y evaluar cuáles eran las opciones más interesantes para cada encuentro.
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¿Cómo nace Tu casa es mi casa?
Este proyecto busca ampliar el universo de la escena musical conocido por Paulinho y salir a descubrir cómo se dan los procesos creativos en otras áreas como las artes plásticas y la ciencia. En principio pueden parecer mundos lejanos pero cuando vamos al origen de las ideas tienen mucho en común. Tan simple como poco frecuente es la consigna del programa: reunir en una mesa a un músico, un artista y un investigador, servir unos cafés y dejarlos interactuar.
Hace tanta falta salir de nuestros micromundos e interesarse un poco por lo que está haciendo el que tenemos al lado. Así podemos ver que, en definitiva, muchas veces nos desvelan las mismas preguntas, padecemos las mismas frustraciones, salimos adelante siguiendo los mismos impulsos, nos motivan las mismas emociones.
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¿Qué tal se da esa simbiosis entre Paulinho Moska, un músico, un artista plástico y un científico?
Paulinho es un músico reconocido en todo el continente, eso ya es un abrepuertas maravilloso. Además, es una persona con una gran sensibilidad, un tipo muy curioso. Él conocía a la mayoría de los músicos de shows, festivales o colaboraciones anteriores pero no a los artistas plásticos ni a los científicos. Entre ellos, aunque fuesen del mismo país, a veces se conocían de nombre pero nunca se habían visto en persona. En todos los lugares pasó lo mismo, no fue magia ni casualidad: el secreto del éxito fue el auténtico interés que había en esas conversaciones por conocer el trabajo del otro.
Hay algo increíble que sucede cuando ves a un tipo de 50 años, capaz de admitir en cámara delante de un científico: “No tengo idea cómo funciona la luz, las neuronas, o cómo se forma una palabra en mi cerebro, ¿me lo podés explicar?”. Y verlo quedarse maravillado como un niño que escucha por primera vez cómo funcionan las cosas. En ese momento, todos somos ese niño, todos queremos saber.
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¿Por qué llevaron la dinámica a una docena de países latinos?
Ese es el otro gran atractivo del programa: nos interesa mostrar un continente vivo, contemporáneo, muy diferente a las típicas escenas de postal de los programas de “viajeros”. Queremos invitar al público a conocer los laboratorios de investigación molecular de Lima, el observatorio astronómico de Chile, el Museo del Mañana de Río; salir de los clichés del folklore latinoamericano y descubrir un continente repleto de investigadores que lo están dando todo en el campo de la ciencia, descubrir artistas contemporáneos que interpelan a nuestra sociedad, lo mismo escuchando a músicos que se animan a salir de las letras de amor y tradiciones para crear canciones sobre sinapsis neuronal y magnetismo.
La conexión fue increíble y se ve en el resultado: hay 12 canciones nuevas que se compusieron a dúo con el músico de cada país, inspiradas en el tema de investigación de cada capítulo y, a la vez, esos temas fueron el disparador para que cada artista diseñe un tatuaje que quedará para siempre en la piel de Paulinho Moska. Con ese nivel de exigencia trabajamos: una canción original y un tatuaje que tenían que quedar increíbles, multiplicado por 12 países.
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¿Qué expectativas tenían ante el estreno, considerando que se podrá ver en toda Latinoamérica?
Como siempre que se crean este tipo de productos el objetivo es que despierten el interés del público.
Nos encantaría poder seguir desarrollando este tipo de contenidos que vinculan las artes y las ciencias, mostrando la capacidad de realización que tenemos en nuestro país. Una vez más, confirmamos que es posible crear contenidos de calidad desde Uruguay para el mundo, que tenemos ideas fuertes y que somos profesionales con capacidad para desarrollarlas.
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¿Cuál fue tu rol en este proyecto?
Mi rol fue hacer la selección de artistas e investigadores a entrevistar. Para eso tuve que investigar a fondo la escena cultural de la región, hablar con curadores y galeristas, con los museos, salas de exposición y también con diferentes redes de científicos de todo el continente.
También colaboré como asistente de producción, junto a Laura Gutman, en la selección de locaciones (bibliotecas, museos, cafés, lugares de interés) y material de apoyo gráfico como la bitácora que lleva Paulinho.
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A nivel personal, ¿qué te dejó este proyecto?
Me dio la excusa perfecta para entrar en contacto con artistas e investigadores que admiro muchísimo, que han sido referentes para mí desde hace años como Andrea Echeverri de Aterciopelados, el científico argentino Mariano Sigman, artistas amigos como Mariela Ajras y Alfredo Ghierra, la investigadora uruguaya Bettina Tassino, así como otro montón de gente que hace un trabajo increíble. Es un orgullo que mi nombre aparezca en los créditos de esta serie.
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¿Cómo podrías definir hoy tu perfil profesional, que se ha nutrido de tantas disciplinas y tantos proyectos?
Podríamos decir que diseño contenidos o proyectos culturales y, si bien tengo mi estudio, actualmente mi trabajo es más el de gestión de proyectos. Igual sigo muy ligada al mundo del diseño gráfico por el blog, que ya lleva 12 años, y también por la parte académica. Este año formalizamos algo que venía sucediendo de forma orgánica en la universidad y es la asesoría a estudiantes y graduados que quieran incursionar en el trabajo freelance, algo que responde a una demanda bien actual y a los cambios de dinámicas en el mercado laboral.
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¿Qué aconsejarías a un estudiante de Diseño que está dando sus primeros pasos?
Les diría que es muy buen momento para estar trabajando en/desde Uruguay, que el mundo es cada vez más cercano y más accesible, que se animen a pensar de verdad qué quieren hacer, investigar qué temas les interesan y, desde ahí, pensar cómo accionar.
La serie Tu casa es mi casa está producida por Santa Rita Filmes Brasil en coproducción con GEN Uruguay, con supervisión artística de Pablo Casacuberta, producción ejecutiva de Marcelo Braga y dirección de Paulinho Moska. De momento se puede ver todos los lunes a las 20 horas por HBO Mundi y HBO Go!, con repetición los sábados.