Setiembre 2014
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29 set. 2014En un lugar donde la mayoría habla un idioma desconocido, con letras que parecen garabatos, se alimenta con comida nunca antes escuchada, mediante cubiertos nunca antes empuñados, y se mueve a una velocidad diferente, con una cadencia que resulta extraña, María Eugenia Pérez, graduada de Diseño Gráfico, tuvo que acostumbrarse a que al principio su nombre ya no era su nombre, sino una combinación de símbolos ajenos, hasta que luego del descubrimiento de su nueva ciudad, Seúl, hizo propia una nueva sensibilidad y pudo empezar a presentarse con confianza ante los otros.