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El resurgir del cómic en Uruguay: arte secuencial y narrativas locales

Lejos de ser solo entretenimiento infantil, el cómic uruguayo se consolida como un lenguaje artístico con identidad propia. Este artículo recorre su historia, sus autores más destacados y las temáticas que lo definen.

El resurgir del cómic en Uruguay

En los últimos años, el cómic se consolidó como medio de expresión artística y narrativa, y ganó mucho terreno en Uruguay.

Lejos de ser una forma de entretenimiento reservada para niños, los cómics han construido un lugar en el corazón de toda persona que aprecia tanto el arte visual como la escritura.

Una creciente comunidad de autores y lectores reconoce en esta forma de arte secuencial una poderosa herramienta de comunicación cultural.

A través de viñetas, ilustración y guiones cuidadosamente trabajados, los cómics uruguayos son un reflejo de la sociedad en la que vivimos, sus cambios, tensiones y sueños.

En este artículo, exploraremos su evolución, los autores del pasado y los que continúan marcando tendencia, los temas que definen su identidad y su rol como medio de expresión dentro del arte contemporáneo.

Origen de los cómics

Antes que nada, tenemos que responder la pregunta: ¿qué es el cómic? Se le conoce como historietas, cómic-books o novelas gráficas, a las historias relatadas mediante secuencias de ilustraciones, las cuales pueden o no incluir textos.

Este formato, también llamado arte secuencial, combina elementos del dibujo, la narración y el diseño para transmitir un relato visual a través de viñetas organizadas en una secuencia lógica.

El cómic se sitúa en la intersección de literatura y dibujo. Brinda narrativas únicas en distintos géneros, desde ciencia ficción y humor hasta político, filosófico o autobiográfico.

De esta forma, funciona como un medio híbrido y versátil que puede encontrarse tanto en publicaciones impresas como en formato digital.

Aunque muchas veces ha sido subestimado o asociado exclusivamente al entretenimiento juvenil, el cómic ha demostrado que puede alcanzar un nivel de profundidad como el que tienen la literatura o el cine. Basta con ver la popularidad de los cómics de superhéroes, la trayectoria de Astérix y Obélix o el alcance del manga (cómics japoneses).

Cada región ha sabido adaptar el lenguaje del cómic a sus propios códigos culturales, y Uruguay no es la excepción.

Historia y desarrollo del cómic en Uruguay

El cómic en Uruguay tiene sus raíces en el siglo XX, cuando las primeras historietas comenzaron a publicarse en revistas y diarios locales.

Uno de los pioneros fue Julio Suárez, conocido por su obra Peloduro, quien marcó un hito en la historieta nacional durante las décadas de 1930 y 1940 con su humor ácido y su aguda crítica social. Su estilo, aunque cercano a la caricatura política, sentó las bases del storytelling gráfico en el país.

Origen de los cómics

Durante el siglo XX, el cómic uruguayo vivió altibajos. En los años 60 y 70, existió un auge importante con revistas como El Dedo, donde la ilustración y el humor gráfico funcionaban como resistencia frente a contextos de censura y represión.

Fue recién a finales de los años 90 y principios de los 2000 cuando comenzaron a surgir nuevas propuestas editoriales y artistas que le dieron un nuevo significado e importancia a los cómics como forma de narrativa.

La llegada de internet permitió que muchos artistas encontraran nuevas formas de difusión para sus trabajos, dejando atrás las limitaciones de las editoriales tradicionales.

Plataformas digitales, blogs y ferias como Montevideo Comics jugaron un papel clave para mostrar el alcance de los cómics uruguayos, conectando a creadores con un público más amplio e interesado en la ilustración, el arte contemporáneo y el storytelling gráfico.

Gracias al apoyo de instituciones culturales, concursos nacionales y talleres especializados, el cómic en Uruguay continúa creciendo y haciéndose más visible, con una mejora en la calidad de las publicaciones, y más diversidad de estilos y voces.

Autores y estilos actuales

El panorama actual del cómic en Uruguay es diverso y dinámico, con un carácter independiente y experimental. Los autores contemporáneos no solo dibujan, sino que también escriben, editan, publican y promocionan sus cómics en internet, transformándose de artistas a verdaderos creadores integrales, con control total sobre sus obras.

*Libro "El viejo" - Autor: Alceo Thrasyvoulou - Dibujo: Matías Bergara

Uno de los nombres más conocidos dentro de los círculos de artistas de cómics uruguayos es Matías Bergara, posiblemente el autor con mayor proyección internacional hoy en día. Su trabajo como dibujante en la serie estadounidense Coda lo ha posicionado como una figura destacada en el mundo de los cómics.

Bergara también fue parte de El Viejo, una novela gráfica uruguaya escrita por Alceo Thrasyvoulou, que mezcla realismo social con una estética oscura y dinámica. Esta obra ganó en 2014 el prestigioso premio HQ Mix en Brasil a mejor cómic latinoamericano.

Cuando se trata de cómics autobiográficos, el nombre de Powerpaola tiene gran importancia para la escena uruguaya. Aunque nació en Ecuador, la artista radicó muchos años en Montevideo y ha influido a una generación de jóvenes autoras que hoy trabajan temas de género, identidad y sexualidad desde una mirada muy personal.

Su novela gráfica Virus Tropical, un relato de crecimiento y conflicto familiar, ha sido publicada en varios idiomas y adaptada al cine.

También hay lugar para los clásicos. Pelopincho y Cachirula, creados por Fola (Geoffrey Foladori) en la década de 1930, fueron durante décadas los personajes más famosos de la historieta uruguaya. Su humor blanco, sus aventuras cotidianas y su enorme popularidad en publicaciones como Billiken marcaron a generaciones y siguen siendo un ícono cultural.

*"Pelopincho y Cachirula" de Fola

Un caso más reciente dentro de la difusión de cómics locales es Prócer Zombie, una historieta escrita por Daniel González y dibujada por Pablo Praino. La trama imagina un mundo donde José Artigas resucita como un zombi en el presente, desencadenando una historia cargada de sátira política, ciencia ficción y humor negro.

Con un estilo visual expresivo y grotesco, Prócer Zombie critica el pasado y juega con símbolos nacionales desde una perspectiva graciosa y provocadora. La obra fue muy bien recibida tanto por el público como por críticos profesionales, y se convirtió en un fenómeno de culto dentro de Uruguay, especialmente en ferias y eventos de cómic.

Los estilos y temáticas de los autores uruguayos son variados. Optan por líneas claras, como el cómic europeo; y por trazos expresivos, como el fanzine.

En cuanto a editoriales, Loco Rabia y Grupo Belerofonte cumplen un rol fundamental en el impulso y difusión del cómic uruguayo. Estas editoriales reúnen autores de distintos entornos y publican títulos de diversos géneros, desde la ciencia ficción y el humor negro, hasta el ensayo gráfico.

Las plataformas digitales dan lugar a una nueva generación de artistas que pueden publicar sus trabajos directamente en redes sociales, ampliando sus audiencias más allá del Río de la Plata.

La inmensidad de historias y artistas refleja no solo la madurez y popularidad del cómic en Uruguay, sino también sus posibilidades dentro del storytelling.

Temáticas del cómic local

El cómic uruguayo se caracteriza por su interés en temas identitarios, es decir, aquellos aspectos que construyen o cuestionan la forma en que vemos y consideramos nuestra sociedad.

A diferencia de los cómics comerciales de acción o fantasía, muchas de las obras locales se encuentran en el territorio de lo real, tocando temas como la memoria histórica, lo cotidiano, el lenguaje y las tensiones sociales.

La identidad lingüística también se vuelve central. Por ejemplo, muchos autores uruguayos eligen escribir como se habla. Esto le otorga al cómic un tono auténtico, cercano e íntimo, lejos del español neutro al que estamos acostumbrados a ver en obras traducidas desde otros idiomas. Frases como “bo” o “ta” aparecen sin filtros, construyendo una narrativa que suena y se siente uruguaya.

Comic en uruguay

Muchos cómics uruguayos también exploran la melancolía. A diferencia de las historias épicas o triunfales del cómic anglosajón, en Uruguay hay lugar para las narrativas introspectivas, los personajes frágiles, las derrotas y relaciones fallidas. Si bien puede parecer pesimista, la elección de contar este tipo de historias representa una forma diferente de ver el mundo, de reírnos de nosotros mismos y de encontrar belleza en lo imperfecto.

El cómic en Uruguay se ha transformado en una poderosa forma de storytelling relacionada con nuestra identidad.

No se trata solo de contar historias, sino de construir recuerdos, de acordarnos de lo que somos y lo que fuimos, y de imaginar futuros posibles. A través de sus trazos e ilustraciones, cada autor deja una marca sobre lo que significa ser uruguayo hoy.

La popularidad de los cómics en Uruguay no es algo nuevo ni pasajero. Es el resultado de una evolución que mezcla talento, memoria, tecnología y una mirada crítica. Ya no se le conoce como una forma de entretenimiento solo para ciertos públicos, sino que se ha vuelto una válida forma de storytelling.

A lo largo de su historia, los cómics uruguayos han recorrido un largo camino, desde el humor ingenuo de Pelopincho y Cachirula hasta las narrativas profundas y sofisticadas de obras como El Viejo o Morir por el Che. En el presente, los autores locales exploran temas tan diversos como la dictadura, el feminismo, la vida cotidiana, los mitos nacionales, la diversidad y la salud mental, construyendo una producción de gran valor a nivel de identidad y narrativa.

En definitiva, el cómic es hoy un espacio donde se dibujan no solo personajes y sus mundos, sino también preguntas, conflictos, sueños y verdades. Y en Uruguay, cada vez son más las voces que, con lápiz en mano, se animan a contar sus historias de vida.

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