El arte siempre ha sido clasificado en distintas categorías dependiendo de la técnica, objetivos, materiales, ideología e incluso la época. Los conceptos de artes plásticas y artes visuales han sido considerados por separado durante décadas.
Sin embargo, con la llegada de nuevas tecnologías y medios digitales, la frontera entre ambas categorías se vuelve cada vez más difusa, y los artistas están cada vez más dispuestos a explorar nuevas expresiones artísticas. Así que, ¿tiene sentido seguir diferenciándolas? Este artículo explora las definiciones, tensiones y transformaciones que atraviesan estas disciplinas en la actualidad.
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Definiciones académicas y culturales
Al hablar de artes plásticas, tradicionalmente nos referimos a aquellas disciplinas artísticas que transforman materiales físicos utilizando técnicas manuales. Lo que conocemos como pintura, escultura, grabado y cerámica, son algunos ejemplos de estas creaciones artísticas.
Estas prácticas, arraigadas en siglos de historia del arte, han estado ligadas al concepto de trabajo artesanal y a la exploración de formas, colores, texturas y volúmenes desde una perspectiva física y tangible.
En contraste, las artes visuales son un concepto más amplio y reciente, que abarca no solo a las artes plásticas, sino también a otras expresiones centradas en lo visual, como la fotografía, el videoarte, el diseño gráfico, el cine experimental y el arte digital.
La diferencia clave entre estas artes está en que las visuales no necesitan de lo material y pueden realizar elementos visuales en cualquier soporte.
Desde lo cultural y lo académico, esta distinción ha sido útil durante mucho tiempo para estructurar los estudios artísticos y categorizar los diferentes tipos de arte. Sin embargo, hoy en día esta separación comienza a ser cuestionada, ya que muchos artistas contemporáneos trabajan en la intersección de ambas categorías, combinando técnicas tradicionales con tecnologías digitales.
Además, la expansión del arte hacia nuevos formatos y plataformas ha hecho que el término “artes visuales” gane protagonismo. Esto ha generado cierto desplazamiento del concepto de “artes plásticas”, especialmente en espacios educativos donde las fronteras entre ambos términos no siempre están claras.
El impacto digital
Hoy en día, la tecnología encuentra cada vez más su lugar en el campo del arte, generando una verdadera revolución y desdibujando las fronteras entre disciplinas como las artes plásticas y artes visuales.
Este fenómeno no solo ha transformado las herramientas y técnicas empleadas, sino también los formatos, los espacios de exhibición y las formas de interacción con el público.
Una de las transformaciones más notorias ha sido el surgimiento del arte digital, una práctica artística que utiliza medios tecnológicos para su creación, presentación o distribución. Desde ilustraciones digitales hasta instalaciones interactivas o arte generativo con inteligencia artificial, este tipo de arte ha ampliado las capacidades del arte visual.
Aunque se desarrolla en un entorno virtual, su impacto es muy tangible, y su inclusión en museos y galerías lo ha legitimado como una forma artística válida.
La unión entre lo físico y lo digital ha dado lugar a una producción artística más versátil, donde los límites se vuelven borrosos o directamente desaparecen.
Las técnicas tradicionales propias de las artes plásticas no han desaparecido. En su lugar, se han adaptado a los nuevos lenguajes del siglo XXI.
Por ejemplo, muchos pintores ahora combinan técnicas analógicas con edición digital, y escultores utilizan impresoras 3D para materializar sus obras.
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Democratización del arte
El acceso a software de diseño y herramientas digitales de alta calidad ha ampliado el espectro de quién puede producir y compartir arte.
Plataformas como Instagram, Behance o incluso los NFT han permitido que artistas emergentes muestren su trabajo sin necesidad de pasar por los circuitos tradicionales como galerías.
Las formas de creación y los criterios de valor artístico continúan transformándose. Seguir hablando de artes plásticas como una categoría independiente puede resultar limitante.
Al hablar simplemente de artes visuales, podemos considerar que el arte de por sí integra tanto las expresiones tradicionales como las contemporáneas, sin imponer una jerarquía entre ellas.
Sin embargo, hay quienes defienden la vigencia del término plásticas como una forma de preservar la especificidad de las disciplinas que aún se centran en el trabajo manual y material.
Este debate revela que el arte digital no ha reemplazado a las técnicas tradicionales, sino que las ha complementado y potenciado.
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Terminologías del diseño
En el ámbito del diseño gráfico, la publicidad y la comunicación visual, la distinción entre artes plásticas y artes visuales se ha vuelto cada vez más ambigua.
Muchas veces, los términos se utilizan de manera intercambiable, lo que genera confusión tanto en contextos académicos como profesionales.
En las carreras de diseño o comunicación visual, por ejemplo, suele hablarse de artes visuales para referirse a todo el conjunto de técnicas y disciplinas que involucran la producción de imágenes con intención comunicativa o estética.
Esto incluye ilustración, fotografía, diseño editorial, animación, arte digital, entre otros. En este contexto, las artes plásticas quedan muchas veces relegadas a una formación más técnica, enfocada en habilidades tradicionales.
No obstante, esta división no siempre es clara. Muchos diseñadores contemporáneos recurren a técnicas propias de las artes plásticas en sus procesos creativos.
El uso de collage manual, acuarelas, grabado o modelado en arcilla puede formar parte del desarrollo conceptual de una campaña visual o de un proyecto editorial. Es decir, el arte plástico no está ausente en el diseño, sino que convive y se complementa con lo digital.
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Artes visuales vs. artes plásticas
Si bien la diferencia entre artes plásticas y artes visuales puede parecer sutil en la teoría, en la práctica se manifiesta con claridad cuando observamos obras concretas.
Por ejemplo, si hablamos de artes plásticas, una obra conocida es La noche estrellada de Vincent Van Gogh. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, creada mediante técnicas manuales, con materiales tradicionales y una ejecución completamente física.
Su valor radica no solo en la imagen final, sino también en el trazo visible del pincel, en la textura de la pintura y en la relación directa entre el artista y el soporte.
En cambio, cuando nos referimos a artes visuales, entramos en un campo más amplio. En el ejemplo de videoarte de Bill Viola, cuyas obras, como The Crossing, combinan tecnología audiovisual, tiempo real y proyección en gran escala para generar experiencias inmersivas:
https://www.youtube.com/watch?v=YJj3EvaYX_Q
O en el arte digital de Rafael Lozano-Hemmer, cuyas instalaciones interactivas emplean sensores, proyecciones, redes e inteligencia artificial para involucrar activamente al espectador.
Un caso emblemático de la unión entre artes plásticas y artes visuales es el del artista japonés Takashi Murakami. Sus obras fusionan pintura tradicional, ilustración digital, escultura, animación y diseño gráfico, creando un lenguaje visual que se nutre tanto de las técnicas manuales como de las herramientas tecnológicas contemporáneas.
Estos ejemplos nos demuestran cómo las artes plásticas conservan su enfoque material y manual, mientras que las artes visuales abarcan un abanico más extenso, adaptable a nuevos medios y tecnologías.
Sin embargo, también vemos que en muchos casos los límites se difuminan. Un pintor puede ser digital, un escultor puede usar software 3D, y un diseñador puede explorar el grabado tradicional.
En definitiva, más que oponerlas, las categorías deben entenderse como enfoques complementarios. La historia del arte está llena de ejemplos que cruzan estos límites, y es precisamente en ese cruce donde surge gran parte de la innovación contemporánea.
Vigencia de ambas categorías
A pesar de las transformaciones del siglo XXI en los modos de creación y consumo cultural, las artes plásticas y las artes visuales siguen ocupando un lugar relevante en la formación artística. La pregunta que hoy nos podemos plantear es: ¿tiene sentido mantener estas categorías separadas?
En muchos programas de formación artística, especialmente en academias y universidades tradicionales, se conserva la enseñanza de las artes plásticas como base estructural. El dibujo académico, la pintura con técnicas clásicas, la escultura y el manejo de materiales como la madera, el barro o el metal continúan siendo herramientas fundamentales para desarrollar la percepción, la motricidad fina y la comprensión del espacio tridimensional.
Sin embargo, en paralelo, la incorporación de medios digitales, software de creación visual, animación 3D y otras formas de arte digital han modificado profundamente los planes de estudio. Las artes visuales, al incluir tanto lo analógico como lo digital, han permitido una aproximación más flexible, que responde a las demandas del mundo del arte contemporáneo. Ya no se espera que el artista simplemente dibuje bien, sino también que sea capaz de conceptualizar, comunicar y adaptarse a distintos soportes.
Este doble enfoque presenta una gran ventaja: permite a los estudiantes conocer los fundamentos técnicos de las artes plásticas mientras exploran las posibilidades expansivas de las artes visuales.
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¿Entonces, todavía tiene sentido diferenciar entre artes plásticas y artes visuales? La respuesta no es absoluta.
La distinción sigue siendo útil en ciertos contextos, especialmente cuando se trata de analizar trayectorias históricas o definir campos de especialización.
Sin embargo, en la práctica contemporánea, cada vez es más evidente que estas fronteras desaparecen, y los artistas están dispuestos a explorar las capacidades y limitaciones de otras disciplinas. En ese sentido, la diferenciación entre ambas categorías no necesariamente debe desaparecer, pero sí reformularse.
El arte hoy se mueve en un terreno fluido, donde lo importante no es el soporte o la técnica, sino la capacidad de comunicar, de provocar, de transformar. Y en ese sentido, todas las formas de arte siguen teniendo mucho que decir.
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