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Imprentas históricas en la ciudad de Montevideo (Parte I)

Por: Fernando Díaz

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ADVERTENCIA: Este texto es apenas la primera parte de una investigación sobre la historia de la imprenta en Montevideo desde 1807 (primer impreso) a 1838 (primer catálogo tipográfico), centralizando la información más relevante desde el punto de vista historiográfico y de las artes gráficas, compilando y analizando materiales que suelen ser difícilmente asequibles. Esta investigación cronológica es un intento de ordenar una gran cantidad de datos y hechos históricos sintetizando los relatos —en algunos casos opuestos— de distintos autores.

Agradecimientos: Vicente Lamónaca, Marina Garone y Fabio Ares.

Real Imprenta de la Estrella del Sur

o Southern Star Printing-Office – 1807

En el marco de las Guerras Napoleónicas, Gran Bretaña invade los territorios del Río de la Plata pertenecientes a la Corona Española, en aquel entonces aún aliada con Francia. Las colonias americanas desempeñan un papel económico y estratégico de gran importancia para el desarrollo de la revolución industrial británica que, además, pretendía finalizar el dominio del Imperio Español. Así fue que el 14 de enero de 1807 arriban a las costas de San Felipe y Santiago más de 100 naves inglesas1 con un total aproximado de 5.700 soldados expertamente entrenados y equipados.

Luego de 20 días de asedio a la ciudad, las 3.000 tropas de Ruiz Huidobro sucumben heroicamente ante las casacas rojas lideradas por Sir Samuel Auchmuty2. Luego de la toma de la plaza casi la tercera parte de la población pasa a ser inglesa, pero los montevideanos no solo se vieron invadidos por tropas, sino también por miles de comerciantes y civiles que vinieron junto a los militares3.

Según Antonio Díaz, un testigo de la época, «...el puerto estaba por completo cubierto de naves. Casi todas las casas se habían convertido en tiendas, depósitos y baratillos...»4. Fue allí, en una de esas naves que un individuo, hasta el día de hoy desconocido, importó desde Inglaterra la Real Imprenta de la Estrella del Sur5.

La imprenta

Luego de la invasión a Buenos Aires en 1806, los ingleses comprendieron el valor y la necesidad de traer junto a su flota una imprenta como vehículo eficaz de propaganda política. Tanto fue así que una de las primeras acciones que tomaron en nuestro suelo fue poner en marcha la oficina tipográfica bajo protección de Auchmuty.

Si bien existen varias teorías, la más comprobable es que la imprenta pertenecía a un privado que la transportaba en una de las velas protegidas por la autoridad militar. Posteriormente cuando el ejército vuelve a Inglaterra la imprenta no vuelve con ellos y es vendida a un tercero, lo que fundamenta la teoría de que no fue un establecimiento oficial del ejército inglés6. De todas maneras lo trascendental es que con ella nace el primer establecimiento tipográfico de nuestro país.

Se ubicaba en la calle San Diego N°47 y como señala Isidoro de María: «Según la tradición del tiempo, se componía de unas cuantas cajas de vara y media, con grandes y hondos cajetines, con tipos viejos (vulgo clavos entre los del oficio), y una prensa de palo»8. La producción y diagramación de sus impresos demuestran el trabajo de un personal experto, con un estilo europeo y superior en calidad a las publicaciones contemporáneas de los Niños Expósitos de Buenos Aires9.

*Mapa (parcial) inglés de Montevideo en 1807. Original en Brown University, Providence, Rhode Island, Estados Unidos. En verde la zona donde probablemente se estableció la imprenta.*

Si bien se desconocen los nombres de los tipógrafos, Duarte —apoyado luego por Canter— comenta que probablemente hayan sido ingleses, destacando su destreza, señalando la técnica ágil y depurada, típica de la escuela inglesa. Además cotejando un impreso de la Estrella del Sur y un The Times (Londres) de una época anterior, compara: «la disposición tipográfica, especialmente el cabezal, es idéntica (...), emplea en la marca la letra gótica, el escudo, (...) iniciales al comienzo de ciertos artículos, 4 columnas y los mismos caracteres tipográficos...»10.

La tipografía

Los tipos eran variados y de buena calidad. Según la investigación de Fabio Ares, que compara especímenes tipográficos de la época con publicaciones de la Real Imprenta, se estima que existieron variaciones de 7 estilos tipográficos más ornamentos. Se destaca la tipografía grabada originalmente por el punzonista Richard T. Austin en 1788, una romana que a partir de 1930 se conocerá como Bell, utilizada para componer los textos del periódico en 7 cuerpos diferentes11. Se desconoce si la letra ñ, ajena al alfabeto anglosajón, se trajo como parte del acervo tipográfico o si se cortaban in situ12, en algunos casos utilizaban eñes de cuerpo diferente o la vírgula se componía directamente de un guión horizontal.

Publicaciones

Luego de tres meses de esperas finalmente vio la luz el prospecto del primer impreso realizando en nuestro país, el periódico llamado La Estrella del Sur. En este Prospectus el propietario del periódico se lamenta por la larga espera, ya que «ha recibido mucho daño con la perdida de tanto tiempo que era imposible evitar»13, según Juan Canter es posible que no pudieran imprimir el periódico por falta de algún tipo de pieza, material u operarios14. Los costos de producción eran altos, por lo que en la oficina de la imprenta se había dispuesto un libro para juntar firmas de suscriptores, recaudando dinero e información y así poder estimar el tiraje con certeza antes de publicar el primer número.

El periódico aparecía semanalmente los días sábado, distribuyéndose el primer número el 23 de mayo de 1807. En total contó con: Prospectus, Extraordinary, 7 números más un Extra (y algunas hojas sueltas15), costaba 5 pesos fuertes por tres meses de suscripción16. Era una publicación de gran tamaño: 234-240 × 379 mm (formato Crown17); con 4 páginas en folio y compuesto a 4 columnas bilingüe (alternadas: 2 inglés, 2 español). Si bien la diagramación es similar al periódico The Times de Londres de la misma época, la composición en dos idiomas era algo atípico. El papel era de buena calidad, se puede entrever la marca del fabricante: B 1805.

En la portada aparece el escudo de Inglaterra, mientras que en el epígrafe del primer número se lee el verso 108 del canto x de la Eneida de Virgilio: Tros Rutulusve fuat, nullo discrimine habebo. Esto se puede traducir como: «De los Troyanos o de los Rútulos no tomaré partido por unos y los otros». A partir del número dos cambia al verso 574 del canto I: Tros Rutulusve mihi nullo discrimine agetur, traduciéndose como: «Sin diferencia alguna gobernaré a los Troyanos y a los Tirios»18. Según Castellanos estos motes configuran citas intencionadas que prometen líneas de conducta: el trato a todos por igual; en el primer número proclamando neutralidad y a partir del segundo enfatizando la acción19.

Imprentas históricas en la ciudad de Montevideo (Parte I)

El objetivo del periódico fue mostrar la incapacidad y opresión española al gobernar sus colonias, frente al honrado y justo sistema inglés con su libre comercio. En el primer número del periódico se puede leer20:

«...vienen los Ingleses no como conquistadores sino como defensores. Quieren emanciparos de la servidumbre y entregar vuestra libertad (...) La españa en el día ofrece una pintura de deshonra, infelicidad y humillación. Teniendo una extensión vasta aunque impotente y débil, su grandeza antigua esta arruinada y casi olvidada, no parece ahora más que el esqueleto de un gigante»21.

Francisco Bauzá sostiene que la influencia de la propaganda periodística fue tan grande que sembró dudas en la ciudad ante el gobierno español, y que esto colaboró para que los montevideanos sintieran el deseo de cambiar de soberano o tal vez pensar que no eran realmente necesarios22.Por otro lado Dardo Estrada y Pivel Devoto creen que no influyó en la cultura de la época, y que poco se relaciona con la verdadera imprenta nacional. Benjamín Fernández y Medina comenta que los historiadores nunca le atribuyeron la verdadera importancia que tuvo este periódico a la idea de emancipación y conciencia nacional23. Además del carácter propagandístico, la publicación trató una gran variedad de temas: proclamas, mandatos, cartas, noticias locales e internacionales, cuentos, poemas, artículos, entradas/salidas del puerto, y una impresionante cantidad de publicidad y avisos.

Existen numerosas teorías sobre quién fue el redactor de la parte anglosajona bajo el seudónimo Veritas. Algunos autores infirieron que se trataba del Teniente Coronel Thomas Bradford24, mientras que otros, detractores de esta teoría, explicaron que hubiera sido imposible cumplir ambas tareas de periodista y militar en simultáneo, argumentando que el N°7 se imprime el mismo día de la víspera del ataque definitivo a Buenos Aires. Sainz de la Maza comenta haber conocido a un gacetero llamado Guillermo Giole que podría haber sido el auxiliar de Bradford25. Según Acevedo Díaz, la redacción estaba a cargo de Bradford y un tal Buttler, un joven abogado26 —¿podría haber sido el Teniente Coronel Edward Gerald Butler del regimiento 87?—. De todas las teorías la más comprobable es la de Daniel Castellanos, que sugiere que Veritas fue William Scollay un americano de Boston –coterráneo de Auchmuty– egresado de Harvard, Cambridge (Massachusetts). La alusión a versos de Shakespeare, Horacio más otras obras históricas y literarias, corresponden mejor los estudios académicos realizados por Scollay, además en el escudo de Harvard se lee la palabra Veritas27. Castellanos se contactó con dicha universidad que arrojó más luz sobre el redactor: William Scollay, A. B. (bachelor of Arts), 1804, nació en Boston el 7 de setiembre de 1785, hijo de Guillermo y Catalina Scollay, recibió su Magister Artum en 1807. Existen dos libros que confirman esta teoría: The History of Printing in America (1810) por Isaiah Thomas y L’Imprimerie hors d’Europe (1902) por Pierre Deschamps, agregando que Scollay fue director de dicho establecimiento28.

Por otro lado, la redacción en español (por lo general una traducción y en varios casos no literal) fue realizada por Manuel Aniceto Padilla usando el anagrama Ancelmo Naiteiu o Nayteiu que según Groussac era muy «transparente». Padilla era originario de Cochabamba, y en aquel momento se encontraba en prisión en Buenos Aires por hurto de alhajas a su concubina, cuando fue liberado por los invasores. Más tarde, demostrando su fidelidad, ayudó al General Beresford en su famosa fuga de la cárcel de Luján. Según otros historiadores tuvo parte en la redacción Francisco Antonio Cabello en Montevideo por colaborar con los ingleses en Buenos Aires, hasta que fue liberado tras la invasión a Montevideo. Mesa fue además fundador del primer periódico del Río de la Plata y de Latinoamérica. Según González la colaboración de Cabello y Mesa en el periódico es poco viable ya que probablemente se encontraba preso en Inglaterra añadiendo que tampoco se observan indicios de su participación en el periódico29. Según Carranza, Padilla fue ayudado por el sacerdote Juan Francisco Martínez, considerado uno de los primeros dramaturgos de nuestras tierras30.

Imprentas históricas en la ciudad de Montevideo - Parte I

Además de distribuirse en Montevideo, La Estrella del Sur se enviaba a Buenos Aires, situación que llegó a alarmar a las autoridades de esa ciudad. Tanto fue así que en el tercer número del periódico, se publica el 12 de junio un decreto impreso en la imprenta de los Niños Expósitos que decía31:

«... (los ingleses) escogieron: entre todas sus armas, como la más fuerte para el logro de sus malvados designios, la de una imprenta (...) Se prohibe a toda clase de personas, (...) el que puedan introducir en esta capital (...) las gazetas Inglesas de Montevideo (...) si alguno no lo ejecutase, será tratado como traidor al Rey y al Estado, y se le impondrán irremisiblemente las penas correspondientes a este atroz delito...»32.

El final

La publicación fue de corta duración, luego del último número de La Estrella del Sur se imprimió un Extra, el 11 de julio, anunciando el cese de hostilidades y un pacto entre España e Inglaterra. Luego de una fracasada campaña en Buenos Aires los ingleses vuelven a Montevideo y tras dos meses evacúan Montevideo, entre el 9 y 16 de setiembre. Francisco Juanicó gestionó que la imprenta quedara en Montevideo lo que finalmente no se concretó, según González por exigencias legales, recaudos de normas españolas y órdenes de la capital del virreinato. El propietario se puso en contacto con los directores de la Casa de Expósitos de Buenos Aires (la primer imprenta porteña) y vendió la oficina completa a 5000 pesos, que debían pagarse en especies, a razón de doce reales cada libra. El negocio resultó de gran provecho para la imprenta de los Niños Expósitos, que contaba con pocos y desgastados tipos. Se desarmó la imprenta y el 29 de setiembre se procedió a embarcarla en la balandra Copiango, con su destino final a Buenos Aires y a cargo de Francisco Trelles33.Uruguay no tuvo imprenta ni publicaciones por 3 años...

Ubicación de ejemplares

Biblioteca Nacional de Montevideo, Uruguay:

  • (Adq. B. Caviglia ): N ̊1–7, Prospectus, Extraordinary, Supplement y Extra.
  • (M. B., M — 18 -4–31): N ̊1–2, 5–7 y Prospectus.

Biblioteca Nacional de Buenos Aires, Argentina:

  • (N ̊30.517): N ̊1 al 7 y Prospectus.

Wells Library, Indiana University, Estados Unidos:

  • (Research Coll. — Stacks — F2845 .S72): N ̊1 al 7.
  • Reproducción Facsimilar The Southern Star — La Estrella del Sur, por el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay (Mvd, 1942).
  • Reproducción Facsimilar The Southern Star — La Estrella del Sur, por la Biblioteca Nacional de la República Argentina (Bs As, 2007).

Números digitales

Biblioteca Nacional de Montevideo:

Biblioteca Nacional de Buenos Aires:

Referencias bibliográficas

  1. Isidoro de María, Compendio de la historia de la República Oriental del Uruguay, Tomo II, pp 46 (Mvd. 1867).
  2. Francisco Bauzá, Historia de la dominación española en el Uruguay, Libro VII, pp 313 y 314 (Mvd. 1880–1882).
  3. Ibídem, pp. 424; Raquel Pollero Beheregaray, Historia demográfica de Montevideo y su campaña (1757–1860), pp. 225, 265, 303 (Mvd. 2016)
  4. Eduardo Acevedo Díaz, Épocas militares en el Río de la Plata, Primer tercio del siglo XIX, pp. 67 (Buenos Aires 1911).
  5. José Toribio Medina, Historia y bibliografía de la imprenta en el Antiguo Virreinato del Río de La Plata, pp. XII (La Plata 1892).
  6. Ariosto D. González, La Estrella del Sur, Reproducción facsimilar, pp. 18 (Montevideo 1942); Juan Canter, Biblioteca de impresos raros americanos. Tomo 1, Introducción, pp. XI y XLI (Mvd. 1948).
  7. Calle Washington según la nomenclatura actual. Probablemente cerca de la costa (según el mismo periódico, el N°51 es cercano a la casa de gobierno, actual plaza Zabala).
  8. Isidoro de María, Montevideo Antiguo: tradiciones y recuerdos, Tomo II, pp. 62 (Mvd 1887).
  9. Juan Canter, Biblioteca de impresos raros americanos, ibíd. (9) pp. LII.
  10. Jacinto A. Duarte, Dos Siglos de Publicidad en la Historia del Uruguay 1726–1952, pp 252 (Mvd. 1952); Juan Canter: Biblioteca de impresos raros, ibíd. (9) pp. xli.
  11. Fabio Eduardo Ares, La Estrella del Sur: muestrario tipográfico rioplatense. Tipografía inglesa en Buenos Aires colonial, pp. 14 a 18 (BsAs. 2015)
  12. Ariosto D. González, Ibídem.
  13. Ariosto D. González, Ibídem. (6), pp. 18.
  14. Juan Canter, Biblioteca de impresos raros, ibíd. (9) pp. XXXIX.
  15. Además del periódico, se conocen 3 hojas más. La proclama de Whitelocke (11 de Mayo): una hoja doblada con el texto en español de un lado y en inglés del otro; El Aviso al Público (21 de mayo) sobre el excesivo «numero de pulperias y almacenes de vevidas del menudeo»; y la comunicación de la victoria obtenida en Colonia por el coronel Pack sobre las tropas al mando de Elío (10 de Junio). José Toribio Medina, Historia y bibliografía, etc., ibíd. (5), pp. 4 y 5.
  16. La Estrella del Sur, Prospecto, 9 de Mayo de 1807, pp. 4.
  17. Fabio Eduardo Ares: La Estrella del Sur, Tipografía inglesa en Buenos Aires colonial, ibíd. (13), pp. 13.
  18. Juan Canter, Ibíd. pp. liii.
  19. Daniel Castellanos, La Estrella del Sur en campo de hipótesis, Instituto histórico y geográfico del Uruguay, Tomo XVIII, 21 de octubre de 1943. pp 12 a 14).
  20. Dardo Estrada, Historia y bibliografía de la imprenta en Montevideo. 1810–1865, pp. 6 (Mvd. 1912)
  21. La Estrella del Sur, N°1, 23 de Mayo de 1807, pp. 1.
  22. Francisco Bauzá, Historia de la dominación, etc., ibíd. (), pp 426.
  23. Dardo Estrada, Historia y bibliografía, etc., ibíd. (19), pp. 7; Juan E. Pivel Devoto, Los orígenes de la imprenta en el Uruguay, en Exposición Nacional de las Artes Gráficas, pp. 15 (Mvd. 1945); Benjamín Fernández y Medina, La imprenta y la prensa en el Uruguay, desde 1807 a 1900, pp. 9 (Mvd. 1900)
  24. José Toribio Medina, Historia y bibliografía, etc., ibíd. (5), pp. 6; Isidoro de María, Montevideo Antiguo, etc., ibíd. (8), pp. 62.
  25. Ariosto D. González, La Estrella del Sur, etc., ibíd. (6), pp. 19.
  26. Eduardo Acevedo Díaz, Épocas militares, etc., ibíd. (4), pp. 53 y 69.
  27. Daniel Castellanos, La Estrella del Sur, etc., ibíd (x). pp 13, 19 y 20.
  28. Isaiah Thomas, The history of Printing in America, etc., vol.2, pp. 396 (eeuu 1810); «In May 1807 a printing house was opened with much ceremony at Montevideo on the river La Plata in South America when it was in the possession of the British fleet and army The first printing performed at the press in this place was the prospectus of a Gazette The commander in chief the admiral and other principal officers of the province were present The first sheet from this press was presented to the governor the second to the admiral and so on according to their rank William Scollay a young gentleman from Boston educated at the university of Cambridge Massachusetts was appointed conductor of the press and the editor of the Gazette for which he received a very liberal salary». Pierre Deschamps, L’imprimerie hors l’Europe, par un bibliophile (Maisonneuve, 1902); «La Imprenta no parece remontarse en esta Ciudad (se refiere a Montevideo) sino al mes de Mayo del año 1807; la primera pieza que apareció, es un ‘Prospectus’ anunciando la publicación de un periódico —La Gazeta— cuyos primeros números fueron dirigidos al Virrey español de la Provincia de Buenos Aires y al Comandante de la flota inglesa (afirmación de Cotton que solo damos con prudentes reservas). William Scollay de Boston, al egresar de la Universidad de Harvard, fue encargado de la inauguración de este primer taller, y, de hecho, fué el editor del diario: la inauguración de este primer taller fue celebrado con pompa y acogido con aclamaciones». Nota: esta última cita fue tomada de Castellanos, no del original.
  29. Juan Canter, La Estrella del Sur, etc., ibíd. (6), pp. 20.
  30. José Torre Revello, El libro, la imprenta y el periodismo en América durante la dominación española, pp. 202 y 203 (Bs. As. 1940).
  31. Benjamín Fernández y Medina, La imprenta, etc., ibíd (22), pp. 9.
  32. Bando de la Real Audiencia de Buenos-Ayres, 12 de Junio de 1807, pp.1 a 3.
  33. Ariosto D. González: La Estrella del Sur, etc., ibíd. (6), pp. 28.

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